Lujo para los Altos Mandos de la SSC de QuintanaRoo, Presión y Abusos para la Tropa
25 Jul. 2025
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Madres solteras, oficiales con hijos recién nacidos o en situación de discapacidad son las más golpeadas por lo que los propios policías describen como una “campaña de presión”.
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Más 16 mil pesos diarios se gastan para los lujosos medios de transporte del secretario y altos funcionarios.
Ricardo Jesús Rivas/ CAMBIO 22
CHETUMAL, 25 de julio. – La crisis en la Secretaría de Seguridad Ciudadana de Quintana Roo se refleja en las jornadas extenuantes y el hostigamiento laboral denunciado por los elementos de base, sino también en los privilegios de los que goza la cúpula militar al frente de la corporación. Madres solteras, oficiales con hijos recién nacidos o en situación de discapacidad son las más golpeadas por lo que los propios policías describen como una “campaña de presión” impulsada por el subsecretario Fernando Viveros Hernández, la disyuntiva es brutal, si necesitan atender a sus hijos o amamantar, la respuesta institucional es “renuncia”.
“A un lado quedó el gobierno humanista con corazón feminista”, lamentan.
Los policías afectados señalaron que, mientras el personal operativo enfrenta carencias básicas y horarios inhumanos, los altos mandos militares que llegaron a la corporación bajo la bandera de la “transformación” se desplazan diariamente en vehículos blindados de lujo con costos estratosféricos. El contraalmirante Julio César Gómez Torres, secretario de Seguridad Ciudadana, utiliza una Suburban 2025 blanca blindaje nivel 5, equipada con antenas satelitales, Internet y GPS, rentada en 6,000 pesos diarios. Sus escoltas no se quedan atrás: una pickup Chevrolet 2025 negra con un costo diario de 5,000 pesos.

En la misma línea, el subsecretario Fernando Viveros Hernández se mueve en una Tahoe 2025 blindada, también con renta de 5,000 pesos diarios. Todas estas unidades fueron adquiridas a través de Lumo Financiera del Centro, una empresa con sede en la Ciudad de México, que hoy recibe recursos millonarios del erario quintanarroense. La cifra es abismal, más de 16,000 pesos diarios destinados solo a transporte de altos funcionarios, mientras la tropa carece de combustible, uniformes adecuados y tiempo para alimentarse o descansar.

El contraste entre el discurso de austeridad del gobierno estatal y la realidad operativa de la Secretaría de Seguridad Ciudadana resulta cada vez más insultante para los elementos. La promesa de “transformar la seguridad” se tradujo en un modelo de privilegios y simulación, donde los mandos militares replican prácticas de derroche y opacidad que profundizan el malestar en las filas policiales y erosionan la confianza ciudadana en la institución.
En lugar de un sistema que dignifique a quienes arriesgan la vida en la primera línea, persiste una estructura jerárquica que normaliza el lujo en la cúpula y la precariedad en la base. Mientras no se revise este esquema y se prioricen las condiciones laborales de la tropa, el discurso de disciplina y servicio público seguirá siendo una fachada que esconde la verdadera cara de la militarización en Quintana Roo.
RHM





















