Sin Voz Ni Respuesta: La Comisión de Derechos Humanos Abandona a la Zona Maya
22 Jul. 2025
Redacción / CAMBIO 22
José María Morelos, 22 de julio. – En la zona maya donde históricamente los pueblos indígenas han sido marginados y sus derechos vulnerados de forma sistemática, la Comisión de los Derechos Humanos del Estado de Quintana Roo (CDHEQROO) parece repetir el patrón de invisibilidad. La ausencia de respuestas por parte del visitador Charlieth Juárez Garduño, ante una solicitud de entrevista realizada por este medio, deja en evidencia una preocupante falta de compromiso institucional con la zona maya.
La entrevista fue solicitada de manera formal con el objetivo de informar a la ciudadanía sobre el papel que desempeña la Visitaduría en la atención y defensa de los derechos humanos en comunidades mayas de José María Morelos. Las preguntas planteadas abordaban temas sensibles y urgentes:
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¿Qué tipo de atención especializada brinda la Visitaduría a los pueblos indígenas de la zona maya, y cómo garantiza que se respeten sus derechos colectivos e individuales?
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¿Cuáles son las principales violaciones de derechos humanos que se han documentado en comunidades mayas de José María Morelos y la región sur del estado?
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¿Qué programas o campañas de difusión y educación en derechos humanos se están implementando actualmente en comunidades mayas para prevenir abusos por parte de autoridades o particulares?
Pese a la importancia de estos cuestionamientos, no hubo respuesta.
Lo más grave del caso es que, aunque José María Morelos es uno de los municipios con mayor población maya de la entidad, no cuenta con una representación permanente de la CDHEQROO. El visitador Juárez Garduño tiene su base operativa en Felipe Carrillo Puerto, a más de una hora de distancia, lo que limita gravemente el acceso directo de los ciudadanos morelenses a una instancia que debería estar cerca, vigilante y activa.
Esta omisión institucional se traduce en la falta de acompañamiento en casos de abuso de autoridad, violencia estructural, discriminación y otras violaciones que persisten en la vida cotidiana de muchas comunidades. La Comisión, que debería ser garante de los derechos fundamentales, parece hoy más interesada en la comodidad burocrática que en la defensa real de los pueblos originarios.
Desde este medio seguiremos insistiendo. Porque informar es también exigir respuestas. Porque no puede haber justicia sin presencia, ni derechos sin voz.
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