La Ley Silla

Edgar Perez / CAMBIO 22

Esther es una joven señora de 32 años, con 2 hijos madre soltera, ya que su galán la maltrataba física y emocionalmente, hasta que un dia se armo de valor, recogió sus escasas pertenencias, a sus hijos y se marcho de la casa. “No uso el termino ‘Hogar”, porque ese infierno que vivía no era un hogar.

Se enfrentaba a un mundo difícil, era la segunda de seis hermanos y sus padres vivían al dia. Es indudable que los padres estan hechos de otro material, siempre receptivos con los hijos, para ellos no hay imposible ya que de lo posible saben bastante. Esther regresó al seno familiar y aunque apretados pero tenían techo y comida.

La necesidad de vestir y educar a sus hijos la orilló a buscar trabajo. Muy jovencita se escapo de su casa, ilusionada con las frases y los contados regalos que recibió. Con bachillerato trunco, pero con la imperiosa voluntad de trabajar, se empleó como cajera de una tienda propiedad de empresarios yucatecos..

Al principio todo bien, feliz, contenta porque tenia su dinerito para comprarle la ropa, zapatos y útiles escolares a sus hijos. Del galán ya no supo nada, se fue de la ciudad y con el se marchó la posibilidad de alguna pensión alimenticia. Eran 8 horas de trabajo y si le tocaba turno de tarde/noche, habia que cuadrar los números de la caja a la hora del cierre, horas de mas que no le reconocian. Si faltaba dinero se lo descontaban y si sobraba dinero se quedaba para la empresa.

Asi pasaron 8 años, siempre de pie, parada, sonriendo, intentando ser amable, aunque por dentro su cuerpo ya presentaba dolencias y malestares. No podia darse el lujo de pedir descansos ya que esos días no ganaba. Era un verdadero martirio ese trabajo ya que los encargados las trataban como animales, las hacían descargar los trailers de mercancía no importado su condición de mujeres. Solamente descansaba un dia a la semana.

Esto que les comento no es irreal ni ficticio, son las condiciones actuales de muchas mujeres, amas de casa que por la imperiosa necesidad del empleo, soportan ese tipo de vejaciones, maltratos y abusos. Aquí surge la interrogante y Donde esta la dignificación de la mujer, donde esta la sororidad, la empatía de la que tanto hacen alarde? Donde estan aquellas defensoras del género? Donde estan las legisladoras preocupadas por el desarrollo pleno de la mujer? Acaso creen que las mujeres se alimentan de discursos? De Promesas no cumplidas..

Esther no es un caso único, hay cientos, miles de mujeres que trabajan en tiendas de autoservicio, Supermercados, Farmacias, Tortillerias, Gasolineras, mas lo que se acumule, en donde las condiciones son infrahumanas. Ahora las enormes tiendas de autoservicio según son generosas y misericordiosas con los adultos mayores y los emplean como cerillitos, ellos embolsan, cargan la mercancía y no obtienen ningún salario, solo las gratificaciones de los clientes les corresponden. tremendo favor les hacen, su turno lo realizan parados y muchos de ellos ya presentan enfermedades de las extremidades del cuerpo..

Hace un mes, el 27 de Junio se aprobó la “ Ley Silla”, establece que los empleados tienen derecho a utilizar una silla para sentarse durante su trabajo, sin afectar su productividad o la calidad de su trabajo. Los objetivos son mejorar las condiciones laborales y proteger la salud de los trabajadores. Se otorgó a las empresas un plazo de 180 días, para adecuar sus normativas y proveer los asientos necesarios.

Este tipo de apoyos, de ayudas son los que deben legislarse, que tengan incidencia directa sobre la gente. Tambien deben difundirse para que la gente se entere. Esther y muchos más aún la desconocen, mientras sus anatomías dan muestra del descuido de las autoridades y del abuso de sus patrones. A veces las cosas sencillas son de mayor utilidad..Será así siempre la vida? O habra luz al final del túnel? Usted que cree?….

“Mejor seguire caminando y cantando” Asi es la vida de caprichosa, a veces negra, a veces rosa, Asi es la vida, jacarandosa. Te quita, te pone, te sube, te baja y a veces te lo da…