“Castigado por No hacer la Tarea”: Caso de Niño Golpeado Reaviva Debate sobre la Crianza en la Zona Maya

Redacción/CAMBIO 22

José María Morelos, 8 de julio. –  Un hecho registrado la tarde del lunes en José María Morelos ha abierto nuevamente el debate sobre los límites de la disciplina que ejercen los padres hacia sus hijos en la región. Un menor de 10 años fue canalizado por las autoridades del DIF municipal luego de ser presuntamente agredido por su padre por no realizar una tarea escolar.

De acuerdo con el reporte oficial, cerca de las 15:39 horas elementos de tránsito y del Grupo Especializado en Atención a la Violencia Familiar y de Género (GEAVIG) fueron alertados sobre la presencia de un niño con visibles lesiones en los brazos. Al ser entrevistado, el menor —identificado únicamente por sus iniciales A.E.D.V.— relató que su padre lo había golpeado con la mano y con un bejuco, una vara delgada de origen vegetal común en la zona rural.

El niño indicó que escapó de su vivienda, ubicada en las cercanías del centro, para evitar seguir siendo agredido. En el lugar, una mujer que se identificó como su tía confirmó que el menor fue reprendido físicamente por su progenitor, aparentemente como castigo por no cumplir con una tarea escolar.

El caso fue canalizado ante la Procuraduría de Protección de Niñas, Niños, Adolescentes y la Familia del DIF en José María Morelos, donde se dará seguimiento legal y psicológico al menor.

Este incidente pone sobre la mesa un tema sensible y vigente en muchas comunidades mayas: ¿hasta qué punto se puede considerar válido el castigo físico como método correctivo en el hogar? Si bien para muchos aún es visto como una práctica normalizada dentro de la crianza tradicional, expertos en derechos de la infancia y autoridades legales subrayan que ningún tipo de violencia es justificable, incluso si proviene de los propios padres.

Las instituciones continúan exhortando a madres, padres y tutores a optar por métodos de crianza respetuosa y a solicitar ayuda profesional en caso de sentirse rebasados por la situación educativa o conductual de sus hijos. Mientras tanto, el menor permanece bajo resguardo de las autoridades competentes.

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