Entre Telescopios, Dudas y Estrellas: Jóvenes Científicos Reflexionan Sobre los OVNIs en el Día Mundial del Fenómeno

Redacción / CAMBIO 22

José María Morelos, 2 de julio. –  Aunque el cielo nocturno de la zona maya ha sido durante siglos motivo de admiración y misterio, no todos los que lo observan con atención afirman haber visto algo fuera de este mundo. En el marco del Día Mundial del Fenómeno OVNI, Benjamín Tenrreiro Poot, estudiante de la Universidad Intercultural Maya de Quintana Roo (UIMQROO) y miembro activo del  Club de Humanidades, Ciencia y Tecnología “Tepeu Yeetel Naab, compartió su experiencia en la observación del cielo y su postura frente a la existencia de vida extraterrestre.

“Llevo casi cinco años participando en el club, haciendo observaciones nocturnas con telescopios, y hasta ahora no me ha tocado ver nada que no tenga una explicación lógica”, relató. La única vez que vivió algo fuera de lo común fue al enfocar la luna y ver un punto cruzar velozmente el campo visual. “Fue tan rápido que ni siquiera pude avisar a los demás. Pensé que era un satélite, no algo sorprendente”, recordó.

A pesar de no haber registrado fenómenos inexplicables, Benjamín reconoce que el interés por los objetos voladores no identificados ha crecido, alimentado por las redes sociales y los avances tecnológicos. “Antes no se creían los videos porque eran borrosos, ahora que son muy claros tampoco se cree por el uso de inteligencia artificial o edición digital. Todo se pone en duda”, expresó.

Desde su perspectiva como estudiante de ciencia, no cree en los llamados platillos voladores, pero sí en la posibilidad de vida más allá de la Tierra. “El universo es tan vasto que hasta para creer que estamos solos hay que tener fe. Es muy probable que exista vida en algún lugar lejano, aunque sea microscópica, como bacterias. No necesariamente tiene que ser vida inteligente como la nuestra”.

Mientras algunos siguen esperando una señal en el cielo, otros, como Benjamín y sus compañeros, prefieren mantener los pies en la Tierra y los ojos en el telescopio, buscando respuestas con base científica, pero sin cerrar del todo la puerta al misterio. Porque al final, como él mismo dice, “la duda siempre ha existido”.

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