• El modelo turístico de Tulum —basado en tarifas elevadas y una imagen de exclusividad— se construye sobre una realidad opuesta para quienes lo sostienen

 

  • La zonificación salarial impuesta por el gobierno federal no ha sido actualizada en años, y no toma en cuenta el crecimiento explosivo y el encarecimiento del municipio en la última década

 

Redacción / CAMBIO 22

TULUM  a 01 de julio.— En Tulum, uno de los destinos turísticos más caros y codiciados del país, los trabajadores del sector hotelero y restaurantero reciben ingresos notablemente inferiores a los de sus compañeros en otras zonas de la misma Riviera Maya. La causa no es la voluntad de las empresas, sino la clasificación oficial del municipio dentro de la “zona sur salarial”, lo que establece un salario mínimo legal más bajo que en lugares vecinos como Playa del Carmen o Cancún.

De acuerdo con la Comisión Nacional de los Salarios Mínimos (CONASAMI), el país está dividido en zonas salariales. En Quintana Roo, la zona sur va desde Chetumal hasta Tulum, y la zona norte abarca desde Solidaridad (Playa del Carmen) hasta Cancún. En esa diferenciación radica una desigualdad profunda.

Claudio Cortés Méndez, comisionado de la CROC en Tulum, lo explica con claridad: “En la zona sur el salario mínimo es de 278 pesos, y en la zona norte de 419 pesos. Y hay una diferencia bastante. El compañero mesero que trabaja en la zona norte hace la misma función que el compañero mesero de la zona sur, pero con una percepción económica más alta”.

Esto significa que un camarista, cocinero o bartender en Tulum gana hasta 141 pesos menos al día que alguien con las mismas funciones en Playa del Carmen o Cancún, simplemente por estar dentro de una zonificación distinta. A la semana, esa diferencia supera los 800 pesos. Al mes, puede representar más de 3 mil 500 pesos menos.

El problema se vuelve más crítico cuando se toma en cuenta que Tulum es una ciudad cara: los precios en supermercados y mercados son altos, el transporte es limitado y las rentas no bajan de 3,500 a 4,000 pesos por habitación, según explica el propio Cortés Méndez:

“La mayoría de la gente que vivimos en Tulum venimos de fuera. Pues tiene que pagar una renta, y una renta no baja de 3,500 a 4,000 pesos mensuales, por lo cual se ven obligados a compartir la habitación entre dos, tres o más personas”.

Además de trabajar largas jornadas y cobrar lo mínimo que permite la ley, la mayoría de estos empleados tampoco recibe prestaciones completas. Muchos son contratados por temporadas, por empresas subcontratadas o sin inscripción en el IMSS, lo que los deja fuera de servicios básicos como atención médica o fondo de retiro.

“Te puedo hablar de departamentos básicos que se encuentran en cada uno de los hoteles: meseros, bartender, camaristas… todos tienen salarios mínimos”, reiteró el representante de la CROC.

El modelo turístico de Tulum —basado en tarifas elevadas y una imagen de exclusividad— se construye sobre una realidad opuesta para quienes lo sostienen. La zonificación salarial impuesta por el gobierno federal no ha sido actualizada en años, y no toma en cuenta el crecimiento explosivo y el encarecimiento del municipio en la última década.

Para los trabajadores, esto no es una estadística: es la diferencia entre poder vivir dignamente o tener que compartir cuarto, pedir prestado para llegar a la quincena y resignarse a que el paraíso en el que trabajan nunca será un lugar habitable para ellos.

 

 

 

redaccion@diariocambio22.mx

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