“Chíich Naak”: El Vínculo Invisible que Une a las Almas en la Cultura Maya
17 Jun. 2025
Redacción / CAMBIO 22
José María Morelos, 17 de junio. – Aunque para muchos el “chíich naak” pueda parecer una superstición olvidada, para Jorge Cauich Salazar, licenciado en Lengua y Cultura Maya, representa un fenómeno emocional y espiritual profundamente arraigado en la cosmovisión de su pueblo. Así lo explicó al hablar sobre su tesis de licenciatura, enfocada en esta conexión invisible que, hasta hace apenas unas cuatro décadas, era comúnmente reconocida y respetada en muchas comunidades mayas del oriente de Yucatán y sur de Quintana Roo.
Según explicó Cauich Salazar, el chíich naak es una especie de lazo afectivo y espiritual tan fuerte que puede tener repercusiones físicas y emocionales entre personas con lazos consanguíneos cercanos: padres e hijos, hermanos, abuelos y nietos. Se manifiesta cuando, por ejemplo, un bebé se muestra inconsolable, enfermo o con síntomas como fiebre o dolor, sin una causa médica aparente. Estos episodios, asegura, han sido interpretados por generaciones como la expresión del chíich naak: una nostalgia tan intensa que se transmite de una persona a otra, aun a la distancia.
“No se trata solo de una enfermedad emocional”, explica, “sino de un estado de ánimo provocado por la ausencia o el pensamiento constante de un ser querido. Las madres decían que sentían dolor en los pechos horas antes de que algo le pasara a su hijo, aunque estuviera lejos. Es una forma de conexión que no se explica con la ciencia, pero sí con el corazón de nuestra cultura”.
A lo largo de su investigación, Jorge dialogó con personas mayores de varias comunidades que, más que entrevistadas, compartieron desde la memoria viva relatos y experiencias. Contaron que, cuando un padre se ausentaba por semanas para trabajar, el niño quedaba inquieto o incluso enfermo. En esos casos, los mayores aconsejaban colocar cerca del bebé una prenda usada o sudada de la persona ausente para calmarlo. También se advertía al padre: “no estés pensando en tu hijo, porque se pone chíich naak”. Ese pensamiento insistente, creían, tenía un efecto directo en el menor.
Hoy, en un mundo marcado por la inmediatez y el escepticismo, muchas de estas creencias han sido tachadas de mitos o supercherías. Sin embargo, Cauich defiende que detrás del chíich naak hay una forma de entender el amor, la ausencia y la presencia emocional que sigue viva en la memoria colectiva.
“El chíich naak no es solo una creencia antigua. Es una forma de nombrar el “Iknal”, ese principio de la presencia en la ausencia. No es magia, es humanidad. No es superstición, es vínculo. Y eso, desde la cultura maya, sigue teniendo un profundo valor”, concluye.
Esta tesis no solo recupera una práctica tradicional, sino que invita a reflexionar sobre la importancia de las emociones y conexiones en las relaciones humanas desde una perspectiva ancestral que aún puede enseñarnos mucho.
GPC






















