Cofre de Leyendas: La Bailadora del Maligno
5 Jun. 2025
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Descubre una historia escalofriante ocurrida en Ciudad Victoria, Tamaulipas, a mediados del siglo XX
Redacción / CAMBIO 22
Una de las leyendas del estado de Tamaulipas más perturbadoras es la de la bailadora del maligno. Según se cuenta, esta historia sucedió a mediados del siglo XX en el salón de la Sociedad Mutualista de la Colonia Mainero en Ciudad Victoria.
En aquel entonces era común que cada sábado se ofrecieran ostentosos bailes en los que abundaban las muchachas y muchachos solteros. Se reunían ahí para conocerse y, si todo marchaba bien, hacer planes para casarse.
Era bastante común que los jóvenes acudieran a esos eventos. Sin embargo, había una joven en particular que no los frecuentaba porque consideraba que aquellas reuniones eran frívolas y superficiales. Su nombre era Marielena y trabajaba como secretaria en una oficina gubernamental.
Y aunque Marielena siempre se negaba a ir a los bailes, un día por fin se animó y fue acompañada de sus amigas. La gente que la conocía no podía creer que ella estuviera ahí, aunque pronto se acostumbró a su presencia. El ambiente estaba animado y todos bailaban al ritmo de la orquesta de Los Gatos Negros de Tampico.
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La noche avanzó, pero por más que invitaban a Marielena a bailar ella no accedía hasta que apareció un hombre muy guapo y de tal elegancia que destacaba entre todos los pretendientes. Aquel desconocido portaba detalles de oro en su ropaje y llevaba guantes en pleno verano.
Cuando aquel caballero invitó a Marielena a bailar, despertando así la envidia de todas las presentes, ella accedió sin dudarlo. Mientras bailaban ella preguntó por los guantes, pero él respondió con galantería «son para no dañar en lo más mínimo su bella piel de terciopelo, señorita». Por supuesto, Marielena quedó encantada con tal cumplido.
Las horas siguieron transcurriendo hasta que se hizo demasiado tarde y Marielena y sus amigas decidieron volver a casa. De inmediato, aquel galante desconocido se ofreció a acompañarlas para que no les pasara nada en el camino. Todo iba de maravilla hasta que el galán de guantes blancos dejó que avanzaran las amigas de Marielena y la retuvo a solas con el pretexto de despedirse.
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Parecía que el hombre tenía una gran prisa, por lo que entre la penumbra de la madrugada se quitó los guantes, abrazó con fuerza a Marielena y le dio un beso en los labios. Segundos después desapareció.
Aturdida, Marielena corrió al encuentro con sus amigas y sin poder explicar por qué, les dijo que se sentía muy mal. Por el escándalo se acercó un velador con su lámpara y todos gritaron de horror al ver a Marielena. La pobre estaba bañada en sangre por las heridas que tenía en todo el cuerpo. Parecía que alguna fiera salvaje la había atacado al grado de dejarla medio muerta.
Al otro día, en el lugar en el que Marielena y aquel galán se habían despedido, unos transeúntes encontraron una pata de gallo con plumas chamuscadas y los ropajes que llevaba aquel hombre, pero quemados y con un profundo y terrible olor a azufre.
En cuanto a Marielena, hay quienes aseguran que la pobre no sobrevivió a sus heridas, mientras otros dicen que toda su familia y ella se mudaron para siempre por el miedo de saber que Marielena bailó con el mismísimo diablo.
Fuente: El Sol de Zacatecas
GPC/DSF




















