Frank Cuspinera lleva casi un año encarcelado sin juicio; acusa al régimen cubano de violaciones procesales, decomisos injustificados y represalias económicas.

 

El fundador del “Costco cubano” afirma que su modelo de negocio fue copiado por el Estado tras ser interrogado, mientras su salud se agrava en prisión.

 

 

Redacción/CAMBIO 22  

Frank Cuspinera, empresario cubanoamericano y fundador del supermercado Diplomarket —conocido como el “Costco cubano”—, cumple casi un año detenido en el Combinado del Este, una prisión de máxima seguridad en La Habana, sin que se le haya celebrado juicio. Está acusado de evasión fiscal, tráfico de divisas y lavado de activos, junto a su esposa Camila Castro, también empresaria y en libertad bajo investigación.

En una carta que hizo pública el influencer cubano Alexander Otaola y cuya autenticidad luego confirmó un familiar, según publicó 14yMedio, Cuspinera ha denunciado irregularidades procesales, como la falta de auditoría previa a su detención el 20 de junio de 2024 y la negativa de las autoridades a concederle libertad bajo fianza, pese a no tener antecedentes penales ni historial de intento de fuga.

Mercancía en el almacén del "Costco Cubano"

En el manuscrito, Cuspinera anunció que iniciará una huelga de hambre y sed el 1 de junio, en busca de apoyo internacional y para denunciar el trato recibido por la Seguridad del Estado.

Fuentes familiares anónimas dijeron al medio independiente que las autoridades actuaron con arbitrariedad desde el inicio del caso: decomisaron la mercancía, anularon las licencias de sus empresas (Cuspinera SURL y Kmila-mart SURL), y no han presentado pruebas contables que respalden las acusaciones.

“Pensaron que sería un malentendido”, relata un familiar, “pero el castigo fue inmediato y creciente”. Denuncian también que su modelo de negocio fue replicado por tiendas estatales en dólares, tras ser interrogado en la prisión de 100 y Aldabó sobre sus métodos de importación y abastecimiento.

Ciudadano estadounidense, Cuspinera contaba con licencia de la Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC) para exportar desde Estados Unidos a Cuba. Según sus allegados, su caso muestra la fragilidad legal en la que operan las mipymes privadas en la Isla.

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“Aquí todo el mundo sabe que todas las mipymes hacen tráfico de divisas porque no hay forma legal de obtenerla. Te dejan correr hasta que deciden que ya no más”, afirma un familiar.

El periodista José Raúl Gallego comentó en redes sociales acerca del caso: “¿A qué va a ir usted a invertir en Cuba, un país donde no existen leyes que lo protejan y donde solo unas pocas familias se pueden enriquecer? El caso de Frank Cuspinera es solo un ejemplo más”. La economista Rafaela Cruz resume muy bien el tema en un artículo que tituló “Cuba no es país para empresarios”.

A casi un año del arresto, ni la investigación se ha cerrado ni se han devuelto los bienes incautados. En tanto, la salud de Cuspinera, diabético e hipertenso, se deteriora, mientras él insiste en su decisión de llevar la huelga de hambre “hasta las últimas consecuencias”.

 

 

Fuente: DDC

redaccionqroo@diariocambio22.mx

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