El Tren Maya Una Obra Visionaria que Detonará la Zona Sur-Sureste de México, la Más Olvidadas por Gobiernos Neoliberales
26 Ago. 2022Noé Peniche Patrón/CAMBIO 22
Del Discurso del presidente López Obrador en Desagravio a los mayas
Tomado del Libro Historia de los Ferrocarriles en Yucatán – – Un camino así El Tren Maya
Hace unos días los políticos yucatecos recordaban a Víctor Cervera Pacheco -hasta ahora- como uno de los mejores gobernadores del estado, cuyos oponentes lo criticaban por sus obras como el puerto de altura y la construcción del centro de convenciones Siglo XXI, tal como lo hacen , actualmente, los ambientalistas y otros que se opone a la construcción del tren maya, una de las obras que ya se venía contemplando desde los tiempos del Balo no sólo por el aspecto turístico, sino por la importancia que representa para el comercio internacional, asegura el empresario Noé Peniche Patrón.
No se trata de hacer comparaciones entre los gobernantes, aclara Peniche Patrón, sino de señalar la importancia que revisten obras de tal magnitud, como el puerto de altura, antes Isla Cervera y el Centro de Convenciones) pilares del desarrollo de la industria sin chimeneas en el estado que día a día va demostrando que no eran obras de capricho, sino visionarias para el desarrollo del estado, como se espera resulte el tren maya, que más pondrá a la otrora Siberia Tropical, en el plano mundial de la industria del turismo y del comercio exterior, dado que el Canal de Panamá esta siendo colapsado y se requieren de mejores alternativas para el intercambio de mercancías a nivel internacional, como señaló el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador en ceremonia realizada el 3 de mayo del 2022 en Carrillo Puerto, Quintana Roo para pedir perdón por los agravios al pueblo maya cometidos por los españoles a miles de indígenas mayas de Yucatán que migraron a la “Siberia de México” como se conocía a esa parte del país, en ese tiempo.
Será la historia quien juzgue
Por lo tanto y a pesar de las críticas que hay en contra del proyecto del tren maya, insiste el empresario, será la historia quien juzgará si el proyecto ferroviario responde a las necesidades del estado, del país y del mundo entero, como ahora se hace con las obras de Cervera Pacheco.
En esa ceremonia de perdón, con motivo de las conmemoraciones por los 700 años de la fundación de Tenochtitlan, los 500 años de la invasión europea y los 200 años de nuestra Independencia nacional, el gobierno federal ofreció las más sinceras disculpas al pueblo maya por los terribles abusos que cometieron particulares y autoridades nacionales y extranjeras en la conquista, durante los tres siglos de dominación colonial y en dos siglos del México independiente.
En ese acto el presidente de México recordó que 1849, tras el inicio de la rebelión de los mayas de Yucatán, buena parte de lo que ahora llamamos “opinión pública” era, aunque nos parezca increíble, favorable acabar con la población indígena. Periódicos como El Universal, El Globo y El Siglo Diez y Nueve pedían la conformación de cuerpos del ejército dedicados exclusivamente al exterminio de los rebeldes sin mediar tregua. Las posturas más moderadas se manifestaban por hacer desaparecer a los pueblos originarios mediante la aculturación y la asimilación, como lo expresó un editorial de El Monitor Republicano del 6 de junio de 1849: “Todas las personas –afirmaba este editorial– sensatas, decía, convienen en la necesidad que hay de que desaparezca la raza indígena, numerosísima en nuestro país y la más atrasada por desgracia en la carrera de la civilización; mas no todos convenimos en los medios de hacerla desaparecer –decía este escrito–. Pretendemos algunos, si no estamos engañados, en qué para conseguir este fin, debe recurrirse a la violencia, a las armas; otros queremos –decía el que escribió ese artículo– hacer que se pierda esa raza civilizándola y mezclándola con las demás.”
Lo cierto es que todos los pueblos originarios de México, todos los pueblos hasta la actualidad, han sufrido la explotación, el despojo, la represión, el racismo, la exclusión y las masacres, todos los pueblos, pero los yaquis y los mayas han sido, para vergüenza de todos, los peor tratados, las víctimas de la mayor crueldad. Estas dos etnias resistieron y sobrevivieron al exterminio. Estas infamias no solo se cometieron durante la invasión española y el dominio colonial, sino también en la época del México independiente y con mayor brutalidad, durante el porfiriato, hace apenas 110 años.
La dictadura de Porfirio Díaz que se abatió sobre México por 34 años, de finales de 1876 a mediados de 1911, despojó de sus tierras a las comunidades indígenas para beneficiar a particulares nacionales y extranjeros.
Decía Porfirio Díaz: el Ejecutivo ha creído que para resolver esta cuestión de manera conveniente y práctica, era necesario, ante todo, proceder a averiguar de los terrenos en propiedad nacional de que pudiera disponer el gobierno, y convencido de que la acción particular estimulada por el interés privado es mucho más eficaz que la oficial, ha celebrado, conforme a la ley, contratos con varias empresas que se ocupan en la medición y deslinde de terrenos sin más costo para el erario que la tercera parte de las que aquellas midan y deslinden”.
Las compañías deslindadoras, inicialmente fundadas por 29 personas influyentes de las altas esferas oficiales, concentraron grandes extensiones del territorio nacional, incluidas, como ya lo señalamos, las tierras que poseían los pueblos indígenas desde antes de la Conquista y que en muchos casos contaban con títulos de propiedad que les habían otorgado las autoridades coloniales.
Este despojo, llevado a cabo con violencia y crueldad, solía justificarse diciendo que se trataba de indios salvajes o, como lo sostenía el propio Porfirio Díaz en el caso de los mayas, asegurando que los indígenas, y repito lo que textualmente decía: pretendían “adueñarse” de terrenos de la nación.
Las llamadas “campañas” contra los mayas, los mayos y los yaquis, fueron en realidad una segunda conquista, no menos brutal que la de 1521. Una vez más los bárbaros eran quienes, mediante la fuerza, despojaban y trataban como extranjeros y hasta como invasores a los dueños originarios de las tierras, mediante una guerra cruel y dispareja, para la cual el régimen adquirió las más sofisticadas armas de la época. Además de un número indeterminado de cañones, se compraron 42 mil fusiles y 9 mil carabinas Maüsser, un armamento muy superior “en todos sentidos al que antes era reglamentario”. Este armamento era utilizado por soldados, en su mayoría indígenas, para masacrar, por órdenes superiores, a sus hermanos del mismo origen y de la misma cultura.
Aquí, en la Península de Yucatán, estuvieron los militares más sanguinarios del ejército, aquí estuvo Victoriano Huerta, Aureliano Blanquet, Abraham Bandala, Ignacio Bravo, entre otros. Téngase en cuenta que los más famosos soldados de la dictadura porfirista hicieron la mayor parte de su carrera militar reprimiendo movimientos políticos opositores, sofocando rebeliones campesinas y combatiendo a indígenas, lo cual en esa época era indispensable para adquirir fama de hombres “rectos y enérgicos”, a fin de escalar hasta los peldaños más altos del poder. Inclusive, durante la guerra contra los yaquis y los mayas, oficiales de algo rango recibían medallas “al mérito militar” como gratificación por sus infamias; destaco que hacia 1903, Victoriano Huerta, teniendo como segundo al mando a Aureliano Blanquet, fue jefe provisional del territorio de Quintana Roo. En ese tiempo, Huerta consumó la matanza de Akumal y por esta hazaña represiva fue ascendido a general de brigada. Años más tarde, en 1913, Huerta y Blanquet ordenaron el asesinato del presidente Francisco I. Madero, nuestro Apóstol de la Democracia, y del vicepresidente, José María Pino Suárez.
Para lograr su objetivo, el Gobierno Mexicano en carácter de urgencia y cercanía adquirió en los EE UU rieles D´ Cauville para complementar los ferrocarriles que ya comunicaban a la ciudad de Mérida con Chan Santa Cruz (Hoy Felipe Carrillo Puerto) y con Vigía Chico, con el fin de exterminar a los Mayas.
Quién iba a pensar que la otrora Siberia tropical, como se llegó a conocer a Quintana Roo, se convertiría con el tiempo en una de las regiones turísticas más importantes del mundo. Ahora, este estado, según el censo de 2020, cuenta con 1 millón 857 mil habitantes y es el que ha registrado mayor crecimiento demográfico en el país durante las últimas décadas. Cancún, toda la Riviera Maya, con su belleza natural, el mar Caribe color turquesa y sus majestuosas zonas arqueológicas, causan asombro a millones de visitantes de todas las latitudes.
Mientras que hoy el proyecto tren maya se lleva a cabo procurando que el derecho de vía realmente sea propiedad del Gobierno Federal para garantizar la operatividad del proyecto y la sustentabilidad del mismo.
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RAM