Nepotismo sin Disimulo: Regidora en Cancún Coloca a su Hijo Como Asesor y lo Impulsa Para Juez Civil
28 May. 2025
-
Con un salario público de más de 50 mil pesos, el hijo de la regidora Susana Dzib González es promovido en campaña mientras se exhibe como parte de su equipo oficial
Redacción / CAMBIO 22
CANCÚN.- En un contexto donde la transparencia y la ética deberían regir el servicio público, el caso de la regidora Susana Dzib González, representante del Partido del Trabajo (PT) en el Cabildo de Benito Juárez, Quintana Roo, revela un uso cuestionable del cargo para fines familiares.
La funcionaria tiene como asesor jurídico a su hijo, Christian Jesús Licona Dzib, quien percibe un salario superior a los 50 mil pesos mensuales provenientes del erario municipal. Más allá de la controversia que implica tener a un familiar directo en la nómina pública, la regidora lo promueve abiertamente como aspirante a juez civil y familiar, en un proceso electoral que debería estar libre de conflictos de interés.
La promoción del joven abogado no se limita al ámbito privado ni partidista. En redes sociales, Susana Dzib lo exhibe como parte activa del programa “Regidora en tu colonia”, donde participa en actividades institucionales y eventos oficiales, mezclando funciones públicas con campañas personales. El problema no es sólo ético, sino también político: utiliza recursos y visibilidad institucionales para posicionar a su hijo rumbo a un cargo en el Poder Judicial.
El trasfondo es aún más delicado. Según fuentes consultadas, la regidora también ha tejido alianzas oportunistas con distintos grupos de tianguistas —verdes y azules— según convenga a sus aspiraciones. Todo esto con el visto bueno, aseguran, de la propia alcaldesa morenista Ana Paty Peralta.
Además, mediante su esposo, Jesús Licona Aguirre, ha accedido a convenios de publicidad oficial para el portal Transformar Qroo, lo que plantea un conflicto de interés adicional: el uso de testaferros para beneficiarse indirectamente del presupuesto público destinado a comunicación social.
En resumen, lejos de actuar con imparcialidad y responsabilidad institucional, la regidora ha convertido su regiduría en una plataforma personal y familiar, en contrasentido con los principios de profesionalismo, meritocracia y servicio ciudadano que deberían prevalecer en el gobierno local.
GPC/DSF





















