Estos Fueron los Asistente a la Criptocena de Trump

Redacción/ CAMBIO 22

Entre los invitados a la cena privada que el presidente Donald Trump ofreció el jueves a los clientes de su negocio de criptomonedas estaban un multimillonario chino que se enfrenta a una demanda de los reguladores estadounidenses, un abogado del juez de la Corte Suprema Clarence Thomas y una antigua estrella del baloncesto, según una lista de invitados obtenida por The New York Times y publicaciones en las redes sociales.

La cena, en la que Trump pronunció un discurso, fue un momento extraordinario en el que el presidente aprovechó su posición para ganar dinero: para su criptoempresa y para su club de golf de Virginia, que organizó el evento.

Los invitados al acto no se conocían públicamente de antemano, ni siquiera entre sí. Solo se les identificaba por los seudónimos que usaban en las carteras electrónicas donde guardaban sus memecoins $TRUMP. La mayoría había conseguido una invitación al convertirse en uno de los 220 mayores poseedores de esa memecoin durante un determinado periodo de tiempo. A los 25 primeros se les concedió el estatus VIP y se les permitió una reunión más íntima antes de la cena y una visita no oficial a la Casa Blanca el viernes.

Cuando llegaron al club de Trump a las afueras de Washington el jueves por la noche, el mundo digital se había vuelto físico. Los nombres de los invitados y su información de contacto figuraban en listas de papel, que los empleados comprobaban en la puerta. Un periodista del Times revisó una de esas listas y la utilizó para identificar a quienes asistieron. Otros invitados se autoidentificaron en las redes sociales. Un reportero y un fotógrafo del Times también vieron a algunos compradores de criptomonedas $TRUMP entrar y salir de la Casa Blanca el viernes.

Entre quienes fueron invitados al evento se encontraban las siguientes personas.

Invitados a la Casa Blanca

Justin Sun, un criptomillonario chino que fue demandado por la Comisión de Bolsa y Valores (SEC, por su sigla en inglés) del presidente Joe Biden por inflar supuestamente el valor de una criptodivisa. Sun es un importante inversionista en otra empresa de criptomonedas propiedad en gran parte de una empresa vinculada a Trump, World Liberty Financial. Tras la toma de posesión de Trump, la SEC pidió a un juez que pausara el caso de Sun, quien declinó hacer comentarios el jueves por la noche.

Elliot Berke, abogado de Washington que ha trabajado para los republicanos del Congreso y para el juez Clarence Thomas de la Corte Suprema. El Times lo identificó porque la lista de invitados incluía su dirección de correo electrónico en Berke Farah, su bufete de abogados. Fue galardonado como “Abogado Republicano del Año” en 2021 por la Asociación Nacional de Abogados Republicanos. No respondió inmediatamente a las solicitudes de comentarios enviadas por correo electrónico o mensaje de LinkedIn.

Evgeny Gaevoy, fundador y director ejecutivo de una empresa de activos digitales, Wintermute. El Times lo identificó porque la lista de invitados incluía su correo electrónico de Wintermute. No respondió a una solicitud de comentarios enviada por correo electrónico.

Anil Lulla y Yan Liberman, dos cofundadores de Delphi Digital, una empresa de Miami Beach que ofrece inteligencia de mercado para criptoinversores. Sus correos electrónicos corporativos se incluyeron en la lista de invitados. No respondieron a las solicitudes de comentarios.

Cheng Lu, de 32 años, criptoinversor de Shanghái, fue visto por un periodista del Times cuando entraba en la Casa Blanca el viernes. Dijo que no tuvo ocasión de hablar con Trump durante la cena del jueves ni en la visita del viernes. “Solo quiero ver al presidente Trump”, dijo. Dijo que tenía previsto ir a Las Vegas para participar en un torneo de póquer.

Stephen Dworkin, fundador de CTS International, fue observado por un reportero del Times al entrar en la Casa Blanca el viernes. La empresa ha ayudado a contratistas militares, como Israel Aircraft Industries, a contratar empleados, según su página de LinkedIn. No quiso hacer comentarios.

Fuente: The New York Times

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