• Desde la ciencia hasta la tecnología, descubre las innovaciones que nacieron en España y que probablemente no sabías que eran de origen español

 

Redacción/CAMBIO 22

En 1973, el farmacéutico Manuel Jalón Corominas desarrolló la jeringuilla desechable, basada en la jeringuilla de pistón del cirujano francés Charles Gabriel.

España siempre ha sido una fuente inagotable de innovación. Algunos inventos, como el primer submarino eléctrico de la mano del científico Isaac Peral o incluso la fregona (de 1956), del inventor Manuel Jalón Corominas, son muy célebres, pero como tierra de inventores, hay muchas más ideas que se han materializado a lo largo del tiempo y que han sido de gran utilidad a la sociedad española y al mundo entero.

Para conmemorar el Día Internacional del Inventor (9 de noviembre), que nació como homenaje a la actriz y también inventora austríaca Hedy Lamarr que desarrolló, entre otras cosas, el Wi-Fi, el GPS y el Bluetooth, hacemos un repaso por algunos de esos grandes inventos que quizá no sabías que tuvieron su origen en España.

Jeringuilla desechable

El invento de la fregona ataviada de un escurridor, por parte del farmacéutico Manuel Jalón Corominas, revolucionó las prácticas de limpieza, siendo una contribución importante a la higiene. Y, en esta misma línea, en 1973 desarrolló otra de sus grandes invenciones: la jeringuilla desechable basada en la jeringuilla de pistón del cirujano francés Charles Gabriel, lo que redujo el riesgo de infección y mejoró la seguridad de los pacientes al no tener que reutilizar ninguna jeringuilla.

Y es que antes de este invento se empleaban jeringuillas de vidrio reutilizables que requerían una esterilización meticulosa entre usos, que no siempre se llevaba a cabo adecuadamente.

El invento de Jalón introdujo una alternativa eficaz, barata y resistente para la inyección de líquidos o extracción de sangre; estaba hecha de plástico, y era de usar y tirar, sistema que redujo drásticamente el riesgo de contaminación cruzada en los hospitales.

Grapadora

Hoy la seguimos usando en prácticamente todas las oficinas del planeta, pero la región de Eibar (Guipúzcoa), famosa por su industrial del metal, fue la fuente de origen de esta invención. Tenemos que remontarnos al siglo XVIII cuando el rey Luis XVII de Francia encarga a un inventor vasco un artilugio que le sirviera para coser los documentos relativos a la monarquía y facilitar su organización en el día a día. Habría que esperar al siglo XX para la llegada de las primeras grapadoras, coincidiendo con el auge de las instituciones burocráticas y la necesidad de una gestión mucho más eficiente de los documentos.

Silla de ruedas

La invención de la silla de ruedas destaca como uno de los logros que transformó las vidas de innumerables personas con problemas de movilidad y su existencia se debe a un encargo de la corte real española durante el siglo XVI. ¿El motivo? El rey Felipe II de España, afligido ya en su vejez por una gota severa, solicitó la creación de una silla de ruedas, ya que sus problemas de salud lo habían dejado prácticamente inmovilizado y cada vez le era más complicado cumplir con sus deberes reales. La práctica silla de ruedas de 1595 –aunque primitiva–, sentó un precedente increíble para transportar en el futuro a personas con movilidad reducida.

Teleférico

En la línea del invento anterior con el objetivo de transportar personas, aunque en este caso extensible a todo tipo de movilidad, se encuentra el teleférico. También se trata de una creación de origen español. En este caso, del inventor cántabro Leonardo Torres Quevedo (1852-1936), considerado el ‘padre de los teleféricos’. Comenzó a funcionar el 8 de agosto de 1916 cerca de las famosas cataratas del Niágara (Canadá), transportando desde entonces a millones de turistas y sentando las bases para muchos otros que se siguen empleando en todo el mundo.

Mando a distancia

Aunque en el momento de su invención no se bautizó como mando a distancia sino como Telekino, era el primer aparato de radio-dirección de la historia. Se trataba de un dispositivo, también obra del matemático e ingeniero Leonardo Torres de Quevedo que, aunque distaba mucho del aspecto de los mandos para televisores que conocemos actualmente, permitía lanzar órdenes sin cables, tal y como hacen los mandos a distancia.

Sacapuntas

Otro invento español poco conocido. Inspirado en el molinillo de café, el inventor vasco Ignacio Urresti desarrolló el primer sacapuntas de manivela en 1945. No se parece en nada a los sacapuntas actuales, ya que la versión original del artilugio pasaba nada más y nada menos que 1,40 kilogramos y había que emplear una manivela para hacerlo funcionar. Como curiosidad, Urresti trabajaba en la misma empresa que produjo la primera grabadora de la historia.

Traje espacial

El científico granadino Emilio Herrera diseñó en la década de 1930 el primer traje de astronauta de la historia. El objetivo era crear un traje que aislara al portador del frío y de la presión, pero que también le permitiera respirar y moverse con soltura. Así nació la escafandra estratonáutica, un prodigio tecnológico que permitiría, décadas después, llevar al hombre al espacio exterior.

Calculadora mecánica

El periodista, ingeniero e inventor gallego Ramón Verea inventó en el siglo XIX, concretamente en 1878 –en medio de la segunda revolución industrial–, la primera calculadora mecánica con la que se podía sumar, restar, multiplicar y dividir. En esta época, repleta de cambios tecnológicos, las empresas y las industrias necesitaban dispositivos confiables para realizar cálculos complejos de manera rápida y precisa. Así nació la primera calculadora mecánica de la historia.

 

 

 

Fuente: National Geographic

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