Redacción/CAMBIO 22

 

45 funcionarios de la Dirección de Culturas Populares, Indígenas y Urbanas (DGCPIU)- una de las áreas más importantes de la Secretaría de Cultura- denunciaron a Jesús Antonio “Frino” Rodríguez Aguirre, titular de esta dependencia, por múltiples casos de acoso y violencia laboral.

Inicialmente, el pasado 4 de octubre, 41 trabajadores firmaron un oficio dirigido al Comité de Ética de la Secretaría de Cultura. Pocos días después, más funcionarios se sumaron a la denuncia, acumulando por lo menos 45.

El viernes 13 del mismo mes, el Comité de Ética, máxima instancia en el proceso de seguimiento al interior de la institución, acordó dar trámite a las acusaciones formales.

“La Secretaría de Cultura no tolera ni tolerará ninguna forma de abuso a las y los trabajadores. Estamos siguiendo los procedimientos necesarios para que se resuelva el conflicto conforme a la normatividad establecida“, expresó la dependencia al ser consultada sobre las acusaciones.

Se recabó testimonios de trabajadores en activo y de otros que se vieron forzados a renunciar debido a la “violencia psicológica” que, afirmaron, ejercen “Frino” y sus colaboradores más cercanos.

En conjunto, la queja firmada por 45 funcionarios, que se suma a las que se han presentado de forma individual por trabajadores, así como los testimonios recabados por este medio, apuntan a un presunto modus operandi  de presión y violencia dirigido por Antonio Aguirre.

A esto se suman señalamientos por despidos injustificados y bloqueo de cuentas institucionales a personal administrativo, sin previo aviso.

Jesús Antonio Rodríguez es originario de Torreón, Coahuila. Licenciado en Sociología y doctor en Estudios Latinoamericanos, ha trabajado en diversas áreas de la función pública. Por ejemplo, el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (CONACULTA), el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) y la Secretaría de Cultura de la Ciudad de México. En esta última fue profesor de literatura de las escuelas de educación media superior del Centro Cultural Ollin Yoliztli.

De enero de 2019 a diciembre de 2021, encabezó la Coordinación de Cultura Infantil- Alas y Raíces, donde trabajadores también lo han señalado por incurrir en violencia laboral.

El 1 de enero de 2022, Jesús Antonio Rodríguez se convirtió en el nuevo titular de la Dirección General de Culturas Populares Indígenas y Urbanas, en sustitución de Mardonio Carballo. A partir de entonces, gradualmente, las denuncias de abuso laboral comenzaron a salir a la luz.

“Frino” también es músico. Como integrante de la banda “La Mula de Sietes”, regularmente se presenta en el Zócalo de la Ciudad de México como parte de las actividades de la Feria Internacional del Libro (FIL). Este año no será la excepción, pues la agrupación tiene agendado un concierto el sábado 21 de octubre en el Foro Salvador Allende.

La mayoría de las personas que lo han denunciado son mujeres, quienes acusan prácticas misóginas y machistas por parte de “Frino”. Aquellas que compartieron su historia, aceptaron hablar bajo anonimato por miedo a represalias. El temor no es infundado: tres directivas de la dependencia recibieron amenazas en sus correos electrónicos luego de presentar sus respectivas quejas formales ante el Comité de Ética y el Órgano Interno de Control.

“¿Crees que no sabemos quienes son? Tenemos sus nombres, sus direcciones y todo”, dice el mensaje intimidatorio. “Lo mejor para ustedes es renunciar esta misma semana o tendrán que atenerse a las consecuencias con sus familias”, advierte el mensaje, luego de asegurar que “a ‘Frino’ nadie lo quita”.

Varios extrabajadores de la Dirección compartieron que, cuando se encontraban en activo, Rodríguez Aguirre y su círculo les ordenaron interponer quejas en el Órgano Interno en contra de quienes promovieron las primeras denuncias contra el director― las cuales se remontan hasta, por lo menos, octubre del año pasado.

Diversos testigos coinciden en que un ejemplo de la violencia ejercida es el caso de una mujer que solía asistir al Director General en múltiples tareas de la administración. Una de las denuncias señala que esta funcionaria constantemente era objeto de gritos, humillaciones y malos tratos, a pesar de que se encontraba en pleno embarazo.

En una ocasión, señala una acusación formal, la trabajadora se encontraba llorando, casi en crisis emocional, mientras “Frino” le gritaba cuestionándole si acaso él la maltrataba. Entre lágrimas, la trabajadora decía que sí, que sí la maltrataba; a lo que Rodríguez Aguirre respondía con más gritos y diciendo que no existía tal maltrato.

Según testigos oculares, otro episodio “cruel” ocurrió al interior del Museo Nacional de Culturas Populares, donde, de acuerdo con los relatos, Jesús Antonio Rodríguez obligó a caminar por horas a la mujer preñada. Incluso, cuentan, la apuraba agresivamente para que anduviera más rápido: “Ya traía los pies hinchados y él la seguía haciendo caminar”, relata una mujer que observó el hecho directamente.

Una vez que esta mujer dio a luz, “Frino” la habría obligado a dejar su licencia de maternidad para seguir trabajando, a pesar de la precaria salud de sus recién nacidos, señala una de las denuncias formales.

Tiempo después, la mujer se vio forzada a dejar su trabajo, de acuerdo con una fuente interna de la Dirección de Culturas Populares.

“Contrata gente sin el perfil ni las capacidades”

Entre los hechos denunciados ante el Comité de Ética y los testimonios recabados por este medio destacan las acusaciones de que Rodríguez Aguirre habría contratado a personas cercanas a él, sin la capacitación suficiente y ocupando cargos “inventados, fuera de la ley”; lo que provocaría una duplicidad de funciones y derroche por el pago de altos salarios de cada una de estas personas.

Estos funcionarios serían contratados mediante honorarios y en un oficio firmado por el propio Jesús Antonio Rodríguez– cuya copia tiene Aristegui Noticias– se solicita el pago de 31 mil pesos netos a Joel Eugenio Espinosa Girón por prestar sus servicios profesionales a la Dirección de Culturas Populares del 26 de mayo al 5 de junio.

Es decir, el pago por diez días de trabajo – para realizar “reuniones con personal de la DGCPIU”, “mesas de diseño de estrategias” y asesorar al personal para mejorar sus funciones – supera lo que ganan mensualmente algunos puestos administrativos de la Dirección. La excepción es el propio titular, quien según su última declaración patrimonial, gana ​​1 millón 344 mil 743 pesos al año; aproximadamente 112 mil pesos al mes.

Para aprobar el pago de Espinosa Girón, se habría falsificado la firma de la coordinadora administrativa, Karen Vanessa Montiel García, de acuerdo con una denuncia formal.

 

Los trabajadores entrevistados lamentaron que este tipo de gastos se realicen, mientras programas importantes de la Dirección de Culturas Populares sufren por “faltas de presupuesto o sabotajes desde arriba”.

 

“Todo se pudo haber frenado desde antes”

Las historias de presunto acoso y abuso laboral protagonizadas por Antonio “Frino” Aguirre se remontan al tiempo durante el cual fungió como titular de la Coordinación de Cultura Infantil- Alas y Raíces, cargo que ocupó inmediatamente antes de encabezar la DGCPIU.

Para los trabajadores de la Dirección de Culturas Populares, todos los casos de violencia denunciados y la “actual inoperancia” de la dependencia se podrían haber evitado si estos testimonios se hubieran tomado en cuenta antes de designar a “Frino” como titular de la dependencia.

Se contactó vía telefónica a la Dirección General de Culturas Populares Indígenas y Urbanas el pasado lunes 16 de octubre para solicitar una postura oficial sobre las denuncias. El jueves 19, vía mensajes de texto, este reportero envió un formulario de nueve preguntas directamente a Jesús Antonio “Frino” Rodríguez Aguirre. Hasta la fecha de la publicación de esta pieza periodística no ha habido respuesta.

 

Fuente Aristegui Noticias
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AFC